En el siglo XIX hay que destacar, dentro de la Guerra de la Independencia (1808-1814), la fecha del 23 de junio de 1808 ya que en el término municipal de Arjonilla, se produjeron dos enfrentamientos contra los franceses, preludio de la Batalla de Bailén.
Sin embargo, San Martín mandó atacarlos, consiguiendo vencerlos. Dejaron 17 dragones muertos y 4 prisioneros, mientras que el oficial y el resto consiguieron huir.
En esta acción San Martín fue herido y como él mismo reconoce, salvó la vida gracias a la intervención de un soldado cazador de Olivenza llamado Juan de Dios. Este soldado es el que aparece en la estatua que
hay en el Parque Luis Alonso Salcedo, junto a San Martín.
La Gaceta Ministerial de Sevilla, en su número 9 de 29 de junio recoge estos hechos ocurridos en Arjonilla.
De la estancia de Castaños y el ejército español en Arjonilla tenemos noticias de que estuvieron instalados en la casa del Marqués de Oquendo (frente a la iglesia), aunque también es posible que estuvieran en el actual Ayuntamiento, que en aquellos años era el Pósito (almacén de trigo). Arjonilla contribuyó al mantenimiento del ejército español, así lo corroboran numerosos documentos. En la Junta de Patronos del Pósito celebrada el día 8 de julio, se lee una orden de don Juan de la Cruz Mourgeon, Teniente Coronel y Comandante General de la Vanguardia del Ejército de España por el cual pide se le entreguen 3.413 fanegas de trigo el día 25, procedentes de los débitos de los agricultores arjonilleros a esta institución, para lo cual éstos tendrán un plazo de 3 días para entregar el trigo que deban. Una vez juntado el trigo, se pondrá a disposición de Nicolás Pastor, Subteniente del Batallón de Infantería Ligera de Valencia. La Junta del
Pósito acordó su puntual cumplimiento.

Los molinos aceiteros de la villa alcanzaban la producción de 22.400 arrobas de aceite y también se obtenía vino en cantidad de 550 arrobas anuales. En los cultivos de cereal, las cosechas obtenían 4.050 fanegas de trigo y 2.006 de cebada. En cuanto a la ganadería fueron registradas 150 vacas, 3300 ovejas, 400 cabras, 200 cerdos, 18 caballos y 140 mulos y asnos. Estas cosechas, pertenecientes al año 1803, se encontraban muy diezmadas con respecto a épocas anteriores y ante la escasez de los tiempos la institución eclesiástica, a través de sus obras pías, era la encargada de paliar el hambre de la población.
El período 1815-1820, representa una férrea y sangrienta vuelta al absolutismo basada en la exaltación de la monarquía y la religión. Fernando VII había devuelto a sus cargos a los mismos individuos de 1808. Así vuelven a ser alcaldes Pedro Bernardo Jiménez, por el Estado Noble y Manuel González por el Estado Llano. En estos años siguen acaparándose las regidurías por la nobleza, que mantenía títulos heredados, como el caso de D. Bernardo Mª Jiménez del Río, o a través de la compra del oficio, como D. Antonio José Mercado y Tapia.
Para el pueblo son malos años en sus economías domésticas, que no acaban de recuperarse de la guerra. En 1819, tuvo que intervenir la justicia en el precio del pan, muy superior al valor del trigo, algo preocupante si tenemos en cuenta que el pan era el alimento básico en la época. También se aportaron nuevas normativas acerca de la rebusca de aceituna, ya que algunos propietarios pagaban jornales a segundas cuadrillas que "apuraban" la cosecha, y éstas podrían ser confundidas con ladrones de aceituna de otros olivares. La determinación municipal consistió en prohibir la rebusca bajo pena de cuatro ducados y la pérdida del fruto. Diez ducados fueron los estipulados para los maestros de molino que recibieran la aceituna. Los hurtos de aceituna, trigo, leña, etc. eran frecuentes y se hacían casi necesarios para subsistir en los malos tiempos.

Asimismo, alrededor de los años 20 se llevaron a cabo proyectos de obras públicas como el actual cementerio, el ayuntamiento y la plaza de abastos, así como la compra de la Casa del Marqués de la Merced, para convertirla en escuelas y cuartel.
En estos años llegaron a funcionar en el pueblo hasta 45 tejares, que fabricaban tejas y ladrillos. En la década de los sesenta fueron cerrando hasta quedar una sol fábrica al cabo de varios años.
En la Guerra Civil, Arjonilla participó en el bando republicano. En este período se publicó un periódico en nuestra localidad. Se llamó "Avance", tenía una frecuencia decenal y estaba editado por la 51 brigada mixta.
Para que la población pudiera respaldarse de los bombardeos a los que de vez en cuando era sometido el pueblo, se construyeron varios refugios, uno de ellos excavado en la Plaza de la Encarnación. Este refugio tenía tres entradas, dos de ellas han sido abiertas y adecuadas recientemente para permitir el acceso al mismo. La otra entrada está cercana a la ubicación del busto de García Morente y permanece cerrada. Cuando se veía la aproximación de la aviación se avisaba a la población con sirenas para que se desplazaran hasta los refugios y así quedar a salvo de los bombardeos.
Recientemente el Ayuntamiento ha encargado a una empresa la realización de un Centro de Interpretación de la Guerra Civil, con lo que se pretende que el visitante a través de los medios utilizados (imágenes, sonido…) lleguen a tener un conocimiento lo más cercano posible a esta triste realidad vivida por el pueblo como es una guerra civil.

Cada maestro/a tenía un local alquilado por el Ayuntamiento, siendo utilizada la planta baja como escuela y la parte de arriba para vivienda del maestro/a. Este edificio, a partir de 1983 pasó a convertirse en Casa Municipal de Cultura, albergando en la actualidad la biblioteca municipal, museo de artes y costumbres
populares, museo arqueológico, despacho de Antonio de Jaén y Centro de Adultos “Trovador Macías”. En los años sesenta se edificó un nuevo colegio en el patio de armas del castillo, siendo demolido unos veinte años después. En 1984 se construyó un nuevo colegio en el emplazamiento actual, en la zona por donde el pueblo se está expandiendo en los últimos años. En esta misma zona ha sido ubicado también el nuevo Instituto de Enseñanza Secundaria “Juan del Villar”.
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